Tras la finalización de la Segunda Cruzada (1149), los años posteriores son de incertidumbre en la historia de los Templarios en Tierra Santa y de gran inestabilidad en la zona para todos los cristianos. Con el ataque inútil a Damasco en 1148, lo único que consiguieron los cruzados fue que la ciudad cayera en manos de Nur al-Din, hijo de Zengui, con lo que progresivamente iban a ser cercados los estados cristianos.
Más tarde, el ataque por parte del Rey de Jerusalén Balduino III a Egipto, provocó la directa intervención de Nur al-Din en la frontera sur del reino de Jerusalén. Para ello mandó a su lugarteniente Saladino. Hombre sabio, logró la absoluta unión de las facciones musulmanas, y el control político y militar desde Egipto hasta Siria. Como Nur al-Din, Saladino era un musulmán devoto y decidido a expulsar a los cruzados de Tierra Santa.
Mientras en Europa, los Templarios se extendían cada vez más por Francia, Alemania, Reino Unido, España y Portugal. Esta expansión territorial contribuyó cada vez más al incremento de su riqueza; a parte de donaciones ofrecían la posibilidad a los comerciantes que estaban en Tierra Santa, de ingresar su dinero en una encomienda y con un documento de la orden, retirar el dinero en otra encomienda distinta en Europa y de este modo, no arriesgarse a que les robasen por el camino; a cambio, la Orden se quedaba con una comisión.
Los siguientes años en Tierra santa fueron años de sucesivas “escaramuzas” entre ambos bandos y de los posteriores “tratados” de paz, casi ficticios, entre Balduino III y Nur al-Din.
Tras la muerte de Balduino III en 1162, su hermano Amalarico I, nuevo Rey de Jerusalén, decidió volver a intentar la conquista de Egipto, con la excusa de la falta de pagos de tributos de los fatimíes. Pero los cruzados volvieron a fracasar.
Nuevos intentos más por parte de Amalarico I de conquistar Egipto se sucedieron años más tarde. En 1168, Amalarico I y Manuel I, Emperador Bizantino, acordaron una alianza contra Egipto. Los caballeros Hospitalarios apoyaron la invasión, mientras que los Templarios rechazaron tomar parte en ella.
En octubre, sin esperar los refuerzos bizantinos, se inició el ataque. Llegaron a El Cairo, donde se les ofreció un gran tributo por retirarse; mientras, Nur al-Din había enviado refuerzos, lo que forzó la retirada de los cruzados.
Finalmente llegó la flota bizantina, con la que Amalarico lanzó un nuevo ataque y asedió Damieta. El sitio se alargó, el hambre y las enfermedades hicieron presencia en los cruzados; finalmente se vio obligado a firmar una tregua con Saladino.
En 1169, Saladino fue nombrado Visir de Egipto. Amalarico, preocupado, buscó ayuda sin éxito en Europa. De vuelta a Jerusalén, Amalarico se encontraba rodeado de enemigos. En 1170 Saladino atacó y tomó la ciudad de Eilat. Saladino fue declarado entonces Sultán en 1171. Amalarico tuvo que viajar a Constantinopla y desde allí, enviar en vano embajadores a las Cortes Europeas para solicitar ayuda; la amenaza no sólo vendrían de Saladino y Nur al-Din, sino también de los Hashshashín (nizaríes o asesinos, secta religiosa ismailí de Oriente Medio muy activa entre los siglos VIII y XIII. Se hizo famosa a partir del XI por su actividad estratégica de asesinatos selectivos contra dirigentes políticos o militares).
"Los Templarios | Espadas Y Dragones." Espadas Y Dragones. N.p., 27 July 2007. Web. 18 Sept. 2012. <http://www.espadasydragones.es/category/los-templarios/>.
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